El presente blog está dedicado a la figura de Gaius Iulius Caesar, el romano más grande de todos los tiempos, así como al concurso sobre su figura que se realiza anualmente en el Colegio Sagrada Familia PJO de Valencia entre mis alumnos de ESO. También me sirve como medio de expresión y comunicación con mis alumnos y mis compañeros de Historia, de Clásicas, de Ludi Saguntini,de Prosopon, de Chiron y de cualquier curioso que se quiera acercar. Mi nombre es Txema Gil. Sed bienvenidos.

viernes, febrero 25, 2011

El sacrificio de los inocentes (ALESIA cap. IV)

Tito Labieno, legado de César.
CAPÍTULO IV

Los cascos de un caballo que llegaba a todo galope rompieron la concentración de César, que en ese mismo instante supo que había alguna novedad. El legado Tito Labieno, uno de los hombres de mayor confianza, irrumpió en la tienda de César y sin más explicación espetó:

- Tienes que venir a ver esto César - dicho lo cual, dio media vuelta y salió.

Era Labieno un hombre más bien parco en palabras. Procuraba decir las cosas justas y necesarias, pero la gravedad con que pronunció aquella frase, unido a la mirada imperiosa de sus ojos, hicieron que César le siguiera sin demandar ninguna otra explicación. Bien ganada tenía Labieno la confianza de su general a lo largo de toda aquella campaña.

Subió la empalizada interior que daba a la ciudad de Alesia seguido muy de cerca por César. En lo alto de la misma Labieno señaló con el dedo mientras dijo:

- Hace unos instantes vimos como se abrían las puertas, pero nadie salía. Recibida la voz de alarma, nos preparábamos para repeler una nueva escaramuza, pero… Observa. No van armados y son… ¡Mujeres, ancianos y niños! Calculo que de momento, habrá ya al menos dos o tres millares.

Reconstrucción figurada de Alesia en un cómic.
Durante unos instantes y ante sus atentas miradas, las puertas permanecieron abiertas dejando salir a una multitud llorosa, que acompañaba sus llantos de gritos y súplicas hacia sus propias murallas. Las mujeres aferraban contra sus secos pechos a los bebés. Los enclenques niños agarraban las túnicas de sus madres. Los ancianos y tullidos caminaban desconcertados y temerosos hacia las defensas de los romanos de las que cada vez estaban más cerca. Finalmente, las puertas de Alesia se cerraron dejando a sus pies una muchedumbre desnutrida e indefensa.

- ¿Qué pretenden César? Entregan a la esclavitud a sus mujeres e hijos sin luchar. ¿Qué clase de pueblo es éste?

- Pretenden ahorrar víveres y ganar tiempo. Deben estar muy seguros de que vendrá un ejército de socorro si realizan semejante sacrificio.

- Más esclavos para Roma- dijo el legado mientras la codicia asomaba a su mirada.

- No Labieno. Eso es lo que ellos esperan de nosotros, que pensando en nuestra propia fortuna, les esclavicemos. Pero a un esclavo le debemos dar de comer y no tenemos víveres para semejante multitud. Nos debilitaría. Es un regalo que no podemos aceptar. No de momento.

Torres vigía de Alesia
Mandó a los vigías mantenerse alerta e informarle de cualquier movimiento en las puertas de la ciudad, mientras se observaba claramente como la gente se agrupaba y comenzaba a descender por la colina hacia las defensas romanas, en una tétrica procesión de seres desnutridos y desarrapados. César, antes de retirarse de nuevo a su tienda, dio la orden de no permitir que ninguno de los expulsados de Alesia fuera admitido en el perímetro de seguridad entre las dos líneas defensivas y de que no se les dieran víveres de ningún tipo, bajo pena de muerte, aunque nadie en aquel ejército se atrevía a desobedecer una orden de su general. No se solía cuestionar las decisiones fueran de la naturaleza que fueran. Tal era la fe y confianza ciega de todos los legionarios que César tenía bajo su mando.

Galo moribundo
Durante toda aquella noche los lamentos de mujeres y niños hambrientos, que habían llegado a las primeras defensas romanas y que no se atrevían a franquear, conocedores de las múltiples trampas que los romanos habían preparado y escondido en el terreno, martillearon los oídos de los centinelas. No hacía falta entender la lengua de los galos para saber que lo que demandaban era comida y que estaban dispuestos a entregar a cambio a sus hijos, condenándolos a una esclavitud segura, con tal de poder salvarlos. Pero la orden se mantuvo y César no se apiadó de aquella desafortunada multitud. Comprendieron que su destino había sido trazado y que no era otro más que la muerte lenta y dolorosa que provoca la inanición. Poco a poco volvieron a subir colina arriba, refugiándose a los pies de las murallas de su propia ciudad.

jueves, febrero 24, 2011

ALESIA (cap. III) El sitio.


Para leer los capítulos I y II haced click encima del número.

Capítulo III

César deambulaba por la tienda a un lado y al otro, mientras dictaba a sus escribas. A menudo se paraba y cerraba los ojos en un intento por recordar algún dato, nombre o simplemente buscando la mejor expresión literaria para sus pensamientos. Quería cuidar el estilo de sus Comentarios sobre la Guerra de las Galias que periódicamente mandaba a Roma para que fueran publicados. Debían tener noticias de él y de sus grandes logros. El pueblo le aclamaría si regresaba triunfante, con las arcas llenas, muchas tierras conquistadas y esclavos en gran número. Sus enemigos políticos no podrían hacer nada para evitar un nuevo ascenso hacia el consulado.

Sus esfuerzos estaban dedicados a describir el sitio al que había sometido a Alesia, la ciudad de la tribu de los mandubios, la inexpugnable fortaleza situada en un promontorio en la que se había encerrado el arverno Vercingétorix junto a sus mejores guerreros. Era imposible tomar aquel oppidum. Además la anterior experiencia en Gergovia, que trató de tomar al asalto, no había resultado la mejor de las soluciones posibles y hubo de renunciar a continuar con aquella acción. Los galos lo habían tomado como una victoria, como la demostración de que la invencibilidad de César era un mito y no una realidad. ¡Idiotas! No sabían que una retirada a tiempo a menudo, es una gran victoria. Y ahora César no caería en el mismo error. Les sitiaría y les vencería por hambre. Si querían combatir que lo hicieran en campo abierto, allí donde las legiones romanas eran invencibles.

Pero César sabía que Vercingétorix no caería en la provocación. Aquel joven líder de la tribu de los arvernos, aprovechando la ausencia de César que había atravesado el Canal de la Manica y trataba de sacar algún beneficio de la conquista de la isla de Mona (que finalmente resultó ser un páramo carente de interés y con tribus muy violentas de caras pintadas de azul) había conseguido unir a las tribus galas en aquel año 701 ab urbe condita. Todo el trabajo de varios años de César, que consistía en dividir para poder vencer e imponer el poder de Roma en la Galia, se podía ir al traste. No lo iba a permitir. Alesia sería la batalla final de aquella interminable guerra.

- Repíteme las últimas frases – le dijo César a uno de sus escribas.

- “Estaba esta ciudad fundada en la cumbre de un monte muy elevado, por manera que parecía inexpugnable sino por bloqueo. Dos ríos por dos lados bañaban el pie de la montaña. Delante de la ciudad se tendía una llanura casi de tres millas a lo largo. Por todas las demás partes la ceñían de trecho en trecho varias colinas de igual altura. Debajo del muro toda la parte oriental del monte estaba cubierta de tropas de los galos, defendidos de un foso y de una cerca de seis pies en alto.”

Mientras los escribas tomaban notas, César continuó aportando datos sobre los trabajos de defensa que había ordenado realizar en torno a la ciudad, para hacer efectivo el sitio de Alesia. Con aproximadamente 60.000 hombres de los que disponía, levantó una muralla de maderas reforzadas con torres de vigía y de defensa que rodeaban la ciudad por completo en un perímetro de 15 millas. El interior de ese perímetro hasta llegar a la misma Alesia, lo llenó de trampas para evitar la salida del ejército de Vercingétorix, que había molestado los trabajos de fortificación con continuas escaramuzas. Una noche antes de finalizar los trabajos y de culminar el cerco, los galos consiguieron que su caballería huyera, sin duda para pedir auxilio.

Una vez el gato encerrado, César sabía que venía de camino un ejército enorme y tenía que cubrirse las espaldas y por ese motivo construyó un nuevo perímetro exterior de 21 millas dejando un espacio de poco más de un estadio entre el perímetro interior y exterior, para maniobrar en caso de ataque y poder ubicar los 23 campamentos de su caballería y sus legionarios.
El exterior del perímetro lo llenó a su vez de trampas: fosase rellenos del agua de los dos ríos que circunvalaban Alesia y fosos sin agua, los stimuli que eran puntas de madera endurecidas al fuego y enterradas en el suelo, los cippi que eran agujeros con ramas afiladas en el fondo, y también empalizadas, muros, torres, etc. La superioridad de la ingeniería romana quedaría bien patente. Ésa era su fuerza frente al mayor número de galos.


miércoles, febrero 23, 2011

EL HECHIZO DE CAISSA de Fernando Ortega.

Demà publiquen el llibre d'un amic meu. És el seu primer llibre i a tots ens fa molta il.lusió. Ens coneguerem al curs de novel.la històrica que imparteix a l'Iber Antonio Penadés (el que està fent Carlos ara) i des d'aleshores ens trobem en tots els "saraos" literaris que s'organitzen a València. Estic molt content (i envejós tot hi ha que dir-lo, perque ell ja l'ha acabat i a més se l'han publicat i jo encara estic a voltes amb el meu primer manuscrit) I vos convide a tots a comprar-lo i a llegir-lo, perque és un molt bon llibre.

I de què va vos preguntareu. Fer, l'autor, és un gran amant i un gran jugador d'escacs i la seua novel.l té molt a veure amb aquest món, encara que qualsevol neòfit pot entendre-lo i seguir la trama perfectament.

A més, pe a fer-vos una idea té un blog on va plasmar tot el seu procés creatiu i que és força interessant. Podeu donar-li una ullada fent click ací.

La presentació serà dijous que ve i esteu tots convidats. Ací vos deixe l'invitació. Jo no faltaré.

lunes, febrero 21, 2011

ALESIA (cap. II) La más dura de las decisiones.

CAPÍTULO II (La más dura de las decisiones)


El noble Critognato

Critognato rompió de nuevo sus pensamientos devolviéndole a la realidad.

- Pero de todos modos hemos de hacer algo. Debemos reaccionar. La situación mejoraría si fuéramos menos gente. Las raciones ya no son suficientes.

- Y ¿qué propones? ¿Salir a luchar? Sería un suicidio. No disponemos de caballería, marcharon a pedir ayuda. Y los romanos han rechazado nuestras escaramuzas una y otra vez. Sus defensas son muy buenas: las trampas, los fosos, la empalizada, los campamentos. Han conseguido cerrar el cerco y ahora sólo podemos esperar. – El tono en el que Vercingétorix hablaba denotaba cierta resignación.

- Hay una solución. Quiero dártela a conocer antes de que mañana la proponga en el consejo.- contestó Critognato.

- A ¿qué te refieres? Un ataque frontal sería nuestro final…

- No hablo de un ataque desesperado. Mi propuesta es otra. Debemos resistir y esperar la ayuda. Pero para ello hemos de dejar de dar comida a los que no sirvan para luchar. Es más, creo que deberíamos expulsarlos de Alesia.- dijo con firmeza y sin inmutarse.

- ¿Estás loco? ¿Pretendes que recaiga sobre mi conciencia una acción como ésa? ¿Cómo voy a expulsar a las mujeres e hijos de la tribu que nos ha acogido? Somos galos y defendemos nuestro territorio frente al invasor. No podemos expulsar de su propia casa a los mandubios.

Venta de esclavos por los romanos.
- Piénsalo bien. César es un buitre que sólo busca su beneficio personal. Les acogerá para poder venderlos después como esclavos. Es una jugada maestra. Mermaremos sus reservas alimentarias ya que tendrán que alimentar más bocas. Ellos sobrevivirán y nosotros podremos aguantar más días hasta que lleguen los refuerzos. Si el ejército que se ha juntado es tal y como suponemos, la victoria será nuestra y les podremos liberar. Hagamos que la ambición de César sea su perdición.

- César no es tan ingenuo – respondió Vercingétorix- ¿Y si no les acoge? ¿Cómo podremos soportar ver como los masacra sin nosotros hacer nada? Nuestros hombres se volverán locos de dolor.

- ¿Y no será lo mismo verlos morir de hambre entre sus brazos? Todos moriremos si seguimos así y nuestra debilidad es evidente. No podrás luchar con guerreros debilitados que no se alimentan. En cambio, si comen estarán fuertes y lucharán con más vigor. Lucharan aún más duro por liberar a sus mujeres e hijos.

- Sería mejor morir en la batalla antes que dejar en manos de César a nuestras mujeres e hijos.- dijo Vercingétorix en tono lapidario.

Critognato se dispuso a ensayar, una vez más, el discurso que había preparado para la asamblea del día siguiente, pero esta vez delante de su caudillo, tratando de buscar su apoyo y haciéndole ver que era la única solución.

- Me acusas de cruel y de cobarde por dejarlos en manos de los odiados romanos. Pero más cobardía es ofrecerse de buen grado a la muerte en una salida desesperada y sin expectativas de victoria, que sufrir con paciencia el dolor y el sufrimiento de la carestía. No es valor nuestra naturaleza guerrera y orgullosa en este caso. Es flaqueza buscar el valeroso final. ¿Cómo lucharán por liberar la Galia los que vienen en nuestro auxilio si deben combatir entre ochenta mil cadáveres de familiares y amigos? Debemos resistir y ofrecerles nuestro brazo armado cuando lleguen y entonces nuestro sacrificio habrá tenido sentido. Porque sacrificarnos por no resistir al hambre sería una acción baldía. No condenemos a toda la Galia por nuestra temeridad en busca de una muerte gloriosa. Eso sí es cobardía. El mérito no está en ser parte de la mayoría que desiste sino más bien, en ser parte de la minoría que resiste.

- Será una decisión que tome en todo caso el consejo. Tienes razón en que es más importante la causa que las personas. Y si nos hemos de sacrificar y aguantar más dolor, lo haremos. No echaremos a perder el esfuerzo de tanto tiempo en un solo día. Pero lo que propones es un hecho sin precedentes…


- No Vercingetorix, te equivocas- exclamó Critognato- Ya lo hicieron nuestros ancestros en la guerra contra los cimbros y los teutones. En nuestras mismas circunstancias saciaron el hambre con la carne de los que juzgaron inútiles para la guerra. Y aquellos salvajes germanos sólo buscaban botín. Después se marcharon a otras tierras dejándonos nuestros fueros, leyes y posesiones. Pero Roma quiere someternos y esclavizarnos para siempre. ¿Es comparable? ¿Debe ser menor nuestro sacrificio? Tomemos la experiencia de nuestros antepasados y convirtámoslo en un precepto para generaciones venideras, que verán en nosotros un ejemplo de lucha y sacrificio por amor a nuestra tierra y por amor a nuestra libertad.


domingo, febrero 20, 2011

Relato histórico por entregas... ALESIA (cap. I) por Txema Gil.

CAPÍTULO I


El sitio de Alesia



Vercingétorix, el rey de
los grandes guerreros
A la caída de la tarde, una ráfaga de aire frío del incipiente otoño puso la piel de gallina a Vercingétorix. Desde lo alto de las murallas de Alesia, el gran jefe de los guerreros que acaudillaba a los galos observaba el horizonte, tratando de vislumbrar algún atisbo del deseado ejército de refuerzo que no acababa de llegar.

- La situación es desesperada. No quedan víveres para tanta gente. – pronunció sin más preámbulos Critognato.

- A veces pienso que jamás llegarán.- respondió el caudillo arverno.

- ¿Crees que los romanos se afanan en hacer su segunda línea de circunvalación y sus defensas por entretenimiento? No cesan de trabajar día y noche por el temor a ser atacados. Considéralo una señal de que los guerreros de auxilio están muy cerca. César lo sabe. Siente su aliento en el cogote como sentía el del rey de Bitinia en su juventud.

Vercingétorix suspiró queriendo creer en las palabras de uno de sus más respetados guerreros. La espera a veces le hacía caer en la duda y la desesperación. Hacía unos días, cuando el cerco a la ciudad aún no había sido completado por las legiones de César, que se afanaban en cerrar el sitio de la inexpugnable Alesia con una empalizada para rendirla por hambre, tomó una dura y arriesgada decisión. Aprovechando la oscuridad de una noche sin luna y jugando con la sorpresa, rompió el cerco y mandó a su caballería a pedir auxilio en todas direcciones, pues sólo tenían víveres para un mes.


Caballería gala

- Id a vuestras tribus y llamad a la guerra a todos aquellos que tengan edad para la misma. Podremos escapar de la esclavitud si derrotamos al invasor romano, porque lo que aquí se disputa es la libertad de toda la Galia.

Confiaba en que las tribus celtas y belgas no caerían en el oprobio y no les dejarían solos. Acudirían a librarles del yugo romano que se cernía sobre ellos desde hacía ya unos cuantos años.

Alesia una vez más...

Hace cuatro años inicie un proyecto en colaboración con IVECO que no llegó a buen puerto por diferentes motivos. Estuvimos trabajando en la estupenda biblioteca de IVECO y con la colaboración de muchas personas vinculadas al Museo l'Iber de Valencia.

También  hace tres participé por primera vez en un concurso literario de relatos cortos de una página web sobre libro e historia, de la que soy asiduo: http://www.hislibris.com/ .La página es un referente para la novela histórica escrita en castellano y su foro un lugar donde son asiduos auténticos expertos en libros de historia y en novela histórica. Tengo la suerte de conocer personalmente a muchos de ellos y se puede decir que son una legión de amantes lectores. Por cierto, que en abril se celebrará su sexto aniversario aquí en Valencia. Ya informaré en este blog de ello.

Pero a lo que iba, en la primera edición participé con un relato titulado Els fills de puta de Benimaclet que quedó en tercera posición y fue publicado en un libro que se editó el año pasado y que podéis adquirir si hacéis click aquí. Os lo recomiendo, no porque en él haya un relato mío (que también) sino por la gran calidad de los relatos cortos que en el se pueden disfrutar, de todas las épocas históricas que podáis imaginar.

En la segunda edición participe con un relato más intimista sobre una historia personal/familiar ambientada en la guerra civil titulado A punto de acabar. Quedé en vigésima posición y no fue publicado. Ahora lo estoy ofreciendo por entregas en mi blog de clase para mis alumnos. Si queréis leerlo podéis hacer click aquí.

En la tercera edición participé con un relato sobre Alesia. Aproveché el trabajo de investigación que habiamos realizado para plasmarlo en un relato corto. Y el resultado no ha sido el mejor, aunque tampoco el peor. De 96 relatos se clasificaban 40 para la final y el mío quedó en la posición 18 de esa primera criba. Pero después, el jurado no ha considerado que sea publicable en el libro, es decir que he quedado en una posición desconocida, pero entre el puesto 18 y el 40. Habrá que seguir intentándolo en la próxima edición.

Ahora, he decidido publicarlo por entregas a modo de folletín y siguiendo el ejemplo de mi amiga Isabel Barceló, que está escribiendo una novela en su blog Mujeres de Roma y en la que yo participo como habéis visto en anteriores post. Mi única pretensión es darle salida al relato y compartirlo con le bloigsfera, sin más ambiciones. Espero que Isabel no se me enfade por copiarle la idea. Estoy seguro de que no lo hará.

Pues nada, esa es la explicación de lo que váis a ver estos días en el blog. espero que lo disfrutéis. Un saludo.

viernes, febrero 18, 2011

Resultados II Ronda de la VIII Edición del Concurso Anual "El Gran Julio César" 2011

Los pasados miércoles, jueves y viernes 16, 17 y 18 de febrero se ha realizado la segunda ronda clasificatoria del concuros en la edición de 2011. Los resultados fueron los siguientes:

1ºA: ALEJANDRO M. TALAVERA, SARA SÁNCHEZ y EVA PASCUAL

1ºB: NURIA VALLADOLID, JULIA BALFAGÓN y ÁLVARO LACASA

2ºA: ANA NAVARRO, ALEX TOMÀS y YAIZA PILES.

2ºB: JUAN MANUEL ANDRÉS, RAÚL JIMÉNEZ y SHERIN ALRACHID
3ºA: ÁLVARO GONZÁLEZ, BORJA LATORRE y CELIA RODRÍGUEZ.
3ºB: HÉCTOR VERCHER, GONZALO SÁNCHEZ y DAVID SÁNCHEZ.
4ºA: ANDREA PASTOR, HUGO LÓPEZ y JULIO ESCUDEROS.

4ºB: ADRIÁN BENEIT, GUILLERMO NEGRETE y SONIA MARTÍ.

Enhorabuena a todos por vuestra mejora en las clasificaciones y seguid estudiando, que aunque haya quien opine lo contrario, es bueno.

La próxima ronda clasificatoria, la última de este curso, será los próximos días 16 y 17 de mayo de 2011. Irá desde la página 72 hasta el final, sin contar la bibliografía ni el epílogo.

Hasta entonces...  


domingo, febrero 13, 2011

Segunda ronda del VIII Concurso Anual El Gran Julio César 2011

Un trimestre más seguimos con nuestro concurso. La primera ronda no deparó grandes sorpresas y los supuestamente favoritos, quedaron en una gran posición. Los de Primero lo hicieron muy bien para ser la primera vez que leían y estudiaban la biografía de César.

Ahora lo importante es no despistarse y tratar de ser lo más regular posible, pues un fallo en la segunda ronda te deja fuera del concurso. Es casi más importante ahora no quedar del décimo para abajo que quedar primero. No hay que ser demasiado ambicioso, pues un error en la tercera ronda supone decirle adiós a la semifinal.



Los días 17 y 18 de febrero de 2011 se realizará la segunda ronda clasificatoria para el VIII concurso sobre El Gran Julio César.

Las páginas que os deberéis estudiar son desde la 31 (el triunvirato) hasta la 72 (el final de la Guerra de las Galias).

La tercera ronda (desde la página 72 al final) será en mayo. Las semifinales y la final serán en la semana cultural que, si todo marcha según lo previsto será en junio.

 
¡Estudiad y suerte!